
Este año la invernada de lúganos por estas tierras está siendo muy escasa por lo que tan sólo he podido anillar de momento 34 ejemplares y recuperar 4 del año anterior. En cambio, la presencia de zorzales es mucho mayor que otros años y sobre todo en los últimos días (supongo que individuos en migración) por lo que aprovechando que vienen a un olivo a comer las aceitunas que quedan por el suelo, puse una red cerca del mismo y conseguí capturar un par de ejemplares que suponen la especie nº 29 para la estación-jardín. Uno de ellos tenía un corte antiguo bastante profundo en proceso de cicatrización en una pata que aproveché para curarle y así intentar ayudarle en lo posible a sobrevivir.