4 de diciembre de 2014

Echando horas en el monte

Escribano montesino
Buenas a todos. 

Desde la última vez que escribí una crónica sobre acentores alpinos, he visitado en dos ocasiones el Montdúver. Es lo que tiene el trabajo de seguimiento, que hay que hacerlo. La parte buena es que en ambas jornadas he visto más o menos a los mismos ejemplares, 4 de ellos marcados el año pasado. Parece ser que le han cogido el gustito a esta cumbre del litoral valenciano y por lo visto tienen planes de pasar otro invierno por aquí. Y no me extraña, temperaturas suaves, refugio en la montaña y vistas al mar, ¿quién puede pedir más?. Bueno, sí se puede. Que algunos simpáticos visitantes se acerquen cada día al lugar donde vives y dejen sus restos de comida a tu alcance no tiene precio. Pero eso aquí también lo tienen.

Con lo que no he tenido tanta suerte ha sido con las capturas. En estas dos jornadas no he podido capturar ningún acentor alpino. Cerca estuve, pero el escribano montesino que aparece en la foto se adelantó y desbarató mis planes. Y no ha sido el único intruso.

Colirrojo tizón
Zona de anillamiento

Fracaso con los cepos-malla pero acierto con los prismáticos y la cámara. Y es que gracias a las anillas de PVC es relativamente sencillo controlar a los individuos que invernan en la cima del Montdúver sin la necesidad de recapturarlos.

Acentor alpino marcado con PVC
Montdúver al fondo, visto desde la Albufera de Valencia

Un saludo y hasta la próxima.

Carlos Mompó

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